
Si quieres descubrir nuevos recursos anticonceptivos, preferentemente que sean de origen natural o –al contrario- estás planificando un embarazo y deseas saber cuándo dejar de cuidarte… este post te resultará de gran interés. Aquí analizamos a fondo el método de Billings, para darte nuevas herramientas que te permitan manejar mejor tu sexualidad y ayudarte a una buena planificación familiar.
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¿Qué es el método de Billings?
A esta técnica también se la conoce en el ámbito científico por la sigla MOB, que significa “Método de Ovulación Billings”. Se trata de un recurso anticonceptivo natural al cual recurren las mujeres para descubrir su periodo fértil, distinguiendo –en cada ciclo menstrual- los días en los cuales son fértiles y aquellos donde son infértiles.
Tal procedimiento tiene base en el conocimiento de los cambios hormonales que se produce durante el ciclo menstrual; dichos cambios modifican la textura y la cantidad de moco cervical (lo que las mujeres habitualmente denominan “flujo”) que baja hasta la abertura de la vagina. Las pacientes tienen que tomar en cuenta la sensación de descarga del flujo en la vulva y tanto el aspecto como la cantidad de moco del cérvix.
A pesar de que el método de Billings puede parecer muy sencillo e intuitivo, lo cierto es que las mujeres que lo practican deben tomar un curso específico pues no basta meramente con mirar cómo es el flujo vaginal. Esta técnica se basa en observaciones de valores, posee reglas muy precisas y señales que solo se detectan por medio del adecuado entrenamiento. Además, es sumamente importante llevar un registro escrito de las observaciones realizadas.
Según los defensores de este recurso anticonceptivo, en la etapa fértil el moco cervical posee un aspecto viscoso y elástico, como la clara cruda de un huevo. En cambio, durante los días de infertilidad el flujo es más espeso y pegajoso, además de que se presenta en menor cantidad o, incluso, se ausenta.
Fue creado por una pareja de ginecólogos estadounidenses, John Billings y su esposa Evelyn, a mediados de los años ‘50. Hoy por hoy es considerado muy poco eficaz si se busca una planificación familiar que sea consciente, porque además de no brindar información exacta sobre los ciclos fértiles femeninos, es incapaz de proteger contra las ETS o Enfermedades de Transmisión Sexual.
No obstante, muchas personas lo utilizan por motivos religiosos ya que las normas de su credo no les permiten recurrir a métodos anticonceptivos como las píldoras, el DIU o los preservativos. También se ha dicho que el método de Billings es una buena técnica de autoexamen ginecológico, para que la mujer sepa más sobre cómo funciona su propio cuerpo.
Como otras ventajas, podemos señalar el hecho de que es “reversible” (la mujer puede planificar un embarazo y concretarlo en el momento en que lo desee), no provoca efectos secundarios como otros métodos (por ejemplo, las píldoras anticonceptivas), y, luego de 1 año de haberlo utilizado, la mujer puede comenzar a prescindir del registro de datos sobre el flujo gracias a que ya sabe detectar sus patrones ováricos regulares.
De cualquier forma, es preciso apuntar que para que funcione de verdad como método anticonceptivo, se requiere colaboración de la pareja en la abstención de sexo durante los días fértiles o el uso de métodos complementarios en este sentido.

Cómo usar el método de Billings
En realidad, recurrir a esta técnica es bastante simple. La usuaria tiene que poner atención en la aparición del flujo vaginal para poder observarlo y así saber si está ovulando o no. De esta forma es como identifica un patrón potencial de fertilidad como asimismo, de infertilidad. Tales datos pueden utilizarse tanto para quedar embarazada como para evitar que suceda la fecundación.
Durante los días posteriores a la regla (menstruación) el cérvix responde a la acción de la hormona femenina “estrógeno” produciendo flujo, que ayuda al esperma a sobrevivir. El moco se excreta por vía vaginal cuando la mujer se encuentra de pie o sentada. Las pacientes que recurren al método de Billings tienen que registrar la apariencia del moco y la sensación que causa en la vulva, para saber si están atravesando o no un periodo fértil.
Día a día, la mujer debe llevar nota de lo observado para saber en qué ciclo está. De acuerdo con sus defensores, gracias a esta técnica no solo es posible comprender las señales de fertilidad sino también contribuir a diagnosticar tempranamente distintas dolencias vaginales (por ejemplo, una micosis).
Es fundamental proceder a la revisión del flujo 3 veces al día y siempre que no haya excitación sexual de por medio (ya que la sensación de flujo en el tracto vaginal no es la misma cuando simplemente ha bajado por la ovulación que por estar excitada). La mujer tiene que tomar una muestra del moco con los dedos índice y pulgar y luego abrirla lentamente para observar sus características.
Tal procedimiento puede ser llevado a cabo con un trocito de papel higiénico o con los dedos. En esta tarea se deben tener en cuenta aspectos tales como la elasticidad (el flujo fértil es típicamente elástico), la consistencia, lo liviano o espeso, el color y el olor. El moco no fértil es de color amarillo y no modifica su nivel de humedad con el correr de los días. Dependiendo de en qué etapa del ciclo ovárico se encuentre la mujer, el flujo cervical puede ser seco, viscoso, elástico, resbaladizo, pegajoso, etc. Más allá de si deseas quedarte embarazada o no, es una buena medida prestar atención a estos signos para notar cambios que puedan indicar algún eventual problema de salud.
En ciertos momentos (como antes de defecar o de orinar) el flujo es más abundante y por eso se facilita la observación. Con el paso de los días, el moco cervical va tornándose cada vez más delgado hasta que desaparece con una sensación resbalosa en la vagina. De cualquier manera, es una buena precaución hablar con un médico para asegurarse de que los cambios en el moco no se deban a un problema ginecológico específico.
Apps para el método de Billings
Como sugerimos antes, para aplicar bien el método de Billings es importante tener un orden y ser rigurosa con las observaciones. Por eso, resulta fundamental realizar el seguimiento del moco por medio de una tabla, comenzando con el primer día de la menstruación. Tienes que anotar lo que ves en cuanto a aspecto y consistencia del flujo, tanto como la sensación que te causa en la vagina.
Es importante que marques día por día lo que has observado y pienses si vas a combinar este método como otros como el de la temperatura o el del ritmo, por ejemplo. De cualquier manera, si no eres buena con los números y las fechas te recomendamos ayudarte con una app en tu móvil.

¿Cómo? Así es: Billings Note es una aplicación para teléfonos Android e IOS que puede ayudarte a registrar información relacionada con tus ciclos fértiles e infértiles. Es totalmente gratuita y ocupa muy poco espacio; descárgala desde este enlace y comienza a utilizarla hoy mismo. No solo te permitirá ser más rigurosa en el registro de los datos sino que podrás almacenar información de varios meses hasta conocer bien las características de tus ciclos.
Además de las aplicaciones para el celular, existen una serie de recursos propuestos hace mucho tiempo por los defensores del método de Billings a nivel mundial. Se trata de cartas con un esquema preestablecido que puedes usar para orientarte en la utilización de la técnica y registrar tu proceso ovárico. Si bien son bastante tradicionales, te ayudarán en caso de que no quieras una app en tu móvil.
Ya es momento de cerrar este post. Acabamos de revisar en qué consiste el método de Billings, cuáles son sus principales características, de qué forma lo puedes aplicar y algunos recursos extra que pueden serte de ayuda en el proceso. ¿Necesitas más información? Déjanos un comentario en la caja justo aquí debajo para que podamos ayudarte. Y no olvides compartir nuestra publicación en las redes sociales para que tus amigas y conocidas también se informen acerca de este método anticonceptivo.